viernes, 11 de enero de 2019

22 de julio de 1992, Montecarlo.

El mejor partido de la historia del baloncesto.


El mejor partido de la historia no sirvió para decidir un título. No reunió a millones de personas delante de la televisión ni a decenas de miles en las gradas de un gran pabellón. No se jugó en una ciudad de gran tradición baloncestística ni terminó con un marcador para el recuerdo. El mejor partido de la historia fue, de hecho, un partidillo de entrenamiento.
Éste partido se  jugó a puerta cerrada, las únicas imágenes que se guardan en  una sola cámara. 

La contienda se disputó en Montecarlo en un 22 de julio de 1992, en un vetusto gimnasio, el Dream Team, el equipo más grande de la historia,la concentracion de estrellas de la NBA que convirtió definitivamente la liga estadounidense en un deporte conocido mundialmente.
Unos de los mayores jugadores que patrocino ese gran espectáculo fue Michael Jordan quien dijo una vez:
“Fue el mejor partido en el que he participado. No había entrenadores, sí árbitro… aunque tampoco pitaba, realmente. Tenías a diez Hall of Famers jugando entre ellos, diez además clarísimos. La forma en la que competimos, el deseo, el trash-talking… todas las cosas bellas del juego del baloncesto estuvieron reflejadas en un solo encuentro…”

 



2 de julio de 2018

Contienda entre el equipo de Filipinas y Australia.

Durante el partido de clasificación de "las ventanas FIBA", pre clasificatorio para el Mundial 2019, se desarrolló de la forma más violenta posible, con una multitudinaria pelea.

Este partido se desarrolló de la manera más violenta posible, con una multitudinaria pelea, que pasará a la historia como una de las más agresivas de los últimos tiempos.

En esta batalla campal participaron jugadores y no jugadores, esta pelea se dió en el tercer cuarto cuando Filipinas estaba siendo dominada por Australia con una puntuación de 48-79.

Empezó cuando el jugador Daniel Kickert , jugador de Australia, y Rodey Ray Pogoy, de Filipinas, en la que en un momento del partido tuvieron un pique, que propició más tarde esa pelea. Tras esa batalla campal hubo 13 jugadores expulsados. Por parte del equipo australiano se expulsaron 4 jugadores, mientras que en el equipo filipino se expulsaron 9 jugadores. Sin embargo no se canceló el partido y los árbitros decidieron continuar el partido con 3 jugadores en el equipo filipino y el australiano con 8 (cinco de ellos en la cancha). Finalmente este encuentro quedó suspendido cuando 2 de los 3 jugadores restantes fueron eliminados por faltas personales y quedó sólo uno en la pista, con el resultado final de 53-89.